The underside of the iceberg: major thefts from a small repository

Abstract

In 2006 the firm of Zubal Books discovered that materials consigned to them were likely the property of the Catholic University of America Libraries. This alarming event provided an opportunity for the book firm and the rare books curator to work together for the repatriation of the stolen books. It also made the institution more aware of the problem of missing materials which had left the library by various means over many decades and found their way to other collections across the globe.

The authors, who collaborated on this case, reflect on the professional bonds formed by the events of 2006 and the benefits of cooperation between booksellers and librarians in combatting theft from libraries. At the same time the authors urge more consideration of the obstacles to such successful collaboration and posit some suggestions for discouraging theft and resolving matters of contested ownership. Crucial in this effort is the library world’s responsibility to combat the plague of theft, a commercial problem which threatens the existence of the book trade and an ethical question which undermines the credibility of librarians as guardians of cultural property.En 2006 la casa Libros Zubal descubrió que varios ejemplares que tenía en depósito era muy probable que pertenecieran a las Bibliotecas de la Universidad Católica de América. Este hecho tan alarmante supuso una oportunidad para que la librería y la bibliotecaria de libros raros trabajaran juntos para la restitución de los ejemplares robados. También ayudó a que la institución fuera más consciente del problema de los ejemplares desaparecidos, que hacía muchas décadas que habían salido de la biblioteca poniendo rumbo hacia otras colecciones dispersas por todo el mundo.

Los autores, que colaboraron en este caso, reflexionan sobre los vínculos profesionales establecidos debido a lo acontecido en 2006 y los beneficios de la cooperación entre libreros y bibliotecarios para combatir los robos en las bibliotecas. Al mismo tiempo, insisten en tener más en cuenta los factores que dificultan el éxito en una colaboración como ésta y sugieren medidas disuasorias para evitar robos y para la resolución de conflictos ante dudas de legítima propiedad. Crucial en esta lucha, es la responsabilidad de todas las bibliotecas del mundo de combatir la plaga de robos, un problema no sólo comercial, que amenaza la existencia del mercado del libro antiguo, sino también una cuestión ética que socava la credibilidad de los bibliotecarios como custodios de los bienes culturales.